Un interés renovado por la piedad

El propósito de esta publicación es compartirles una parte de la enseñanza del Pastor Salvador Gómez D. de la Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo, en República Dominicana.

La enseñanza se titula "Un interés renovado por la piedad" 

Esta instrucción la pueden ver completa en la página www.ibsj.org y este extracto ha sido publicado con permiso.

A continuación les comparto los 5 puntos de ¿Cómo nos ejercitarnos para la piedad?
  1. Nos ejercitamos en la piedad, atesorando la palabra de Dios en nuestras vidas.
Nos ejercitamos en la piedad, asimilando la palabra de Dios en nuestra anatomía espiritual. Pablo dice a Timoteo: “Tu tienes que ser nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina” 1 Timoteo 4:6; debemos ser nutridos con estas cosas, no simplemente exponernos a ellas, es estar nutridos con ellas, que formen parte de nosotros, que al pensar, al reaccionar podamos nosotros ver la palabra de Dios actuando en nuestras vidas. “La que actúa poderosamente en vosotros” dice la escritura. Debemos integrarla para que sea parte nuestra.

Imaginemos que nos comemos algo, que nos comemos una cereza, y de repente se nos forma una bolita en la pierna derecha, y luego nos comemos un plátano y en la espalda se nos hace la forma del plátano, lo que comidos se nos ha quedado en un lugar donde no se puede usar. Así algunos de nosotros usamos la escritura, nos aprendemos el versículo, lo leemos, lo ponemos en algún lado de nuestro cuerpo, pero no lo internalizamos, no lo usamos, no lo hacemos parte del sistema para reaccionar con esa palabra.

Veamos como dice el salmista en Salmos 119:11 “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”, es guardar esa palabra lo que debemos hacer. Es la voluntad de Dios la que tiene regular nuestra voluntad, Su autoridad debe ser nuestra autoridad.

Cualquiera puede pensar que dado que el mundo está tan mal, nuestras faltas y contradicciones no son tan graves; pero Dios no lo ve así, nuestro estándar es Dios y Su Hijo Jesucristo, no lo podemos rebajar hermanos, el estándar es Su Palabra, y los diez mandamientos de manera particular. Hay un montón de cosas que para el mundo no son nada, prácticamente ya nada es pecado, (excepto decir que algo es pecado), pero para el hijo de Dios, vivir en la presencia de Dios tiene implicaciones que la mente natural no entiende.

Atesoremos la palabra de Dios en nuestras vidas.
  1. Morando frecuentemente en el trono de la gracia de Dios.
Nos ejercitamos para la piedad, morando frecuentemente el trono de la gracia. Vemos el ejemplo de nuestro Señor, Él se apartaba a lugares desiertos a orar.

Dice Ian Hamilton: “Vivimos en un mundo, tanto loco como malo, el ritmo de vida es sencillamente frenético y no parece estar dando señales de aminorar la velocidad; un peligro que enfrenta el cristiano en este mundo loco y malo, es el ser arrastrado por la prisa, y realmente nunca apartar tiempo para estar quietos ante Dios. Como consecuencia, el ritmo de nuestras vidas carece de aplomo, y sobretodo de paz, nunca nos desmontamos lo suficiente de la caminadora, y seguimos ahí en la caminadora, en la caminadora, en la caminadora; para saborear el incomparable gozo y bendición de ser cristianos; sin embargo, ¿no se nos dice que?: los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas (Isaías 40:31), o nos imaginamos que ¿podemos dejar de esperar en el Señor, y aún así, mantener una vida cristiana vibrante y piadosa?, cuán espiritualmente desquiciados se pueden tornar los cristianos.”

Cuanta verdad en esos versos. Nosotros nos podemos volver locos, pensando que nos va a ir bien viviendo con el ritmo de este mundo, y no dependiendo como lo hacia nuestro Señor, de estar en el trono de la gracia.
  1. Experimentando el gozo y la tristeza que corresponde a los hijos de Dios.
Nos ejercitamos para la piedad, cuando experimentamos el gozo y la tristeza que corresponde a los hijos de Dios. No sólo la palabra, no sólo la oración, sino experimentando el gozo y la tristeza que corresponde a los hijos de Dios. Nos ejercitarnos en el gozo piadoso, ese gozo del que el Apóstol Pablo habla tanto en la carta a los Filipenses.

Dice Filipenses 4:4 “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: !Regocijaos!, es un gozo diferente al del mundo, un gozo que se sacia en el Señor, un gozo que se sacia en tener al Señor aunque no tenga nada mas; el gozo del Señor es diferente, a la alegría de este mundo.

¿Recuerdan cuando los apóstoles llegaron contentos don Jesucristo, porque los espíritus les estaban siendo sujetos a ellos? Y el Señor les tuvo que decir: “Pero no os regocijeís de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos” Lucas 10:20.

¿Ustedes se imaginan ir por ahí sacando fuera demonios? Eso debe ser algo increíble. Los apóstoles llegaron sorprendidos, y seguro que decían: _Señor nosotros le hablamos a los demonios, y los demonios salen; y el Señor les dice: _¿eso te da gozo?, ¿eso te da gozo?, lo que debería darte gozo es que tu nombre este escrito en los cielos. ¿No es eso impresionante?. Esa es la realidad de todo creyente; cada creyente debe decir:_Eso es lo que me da gozo!!.

Y asimismo debemos experimentar la tristeza piadosa, esa tristeza que habla, cuando el Señor dice: “Bienaventurados los que lloran”. Bienaventurados los que saben llorar por el pecado.

Los piadosos se aflijen por el pecado que hay al alrededor. En 2 Pedro 2:7,8 dice, ”y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos)”. Pero saben algo amados hermanos, antes que nada, mas que todo, los piadosos lloran por sus propios pecados.

Es verdad que las cosas en el mundo están mal, pero yo por eso les pregunto: ¿nosotros estamos bien?. Por que, si hay algo que ha brillado, en medio de tanta suciedad en este mundo (no lo escribo para lucir piadoso), ha sido mi pecado amados hermanos.

En estos días mientras yo he podido ver el pecado de otros con una destreza, de un médico cirujano, en instantes, el Espíritu Santo ha sacado un espejo de donde yo no me lo imagino, para yo poder ver mi propio pecado. Si, el mundo está mal, ¿y nosotros, estamos bien?.

¿Sabemos nosotros?, ¿conocemos nosotros algo, de lo que es el espíritu contrito y humillado, delante de la presencia de Dios?. Conocemos la lucha del Apóstol Pablo: Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Romanos 7:14,15,18,19,24.

El himno “Fuente de la vida eterna” (en inglés) en la tercera estrofa, tiene unas palabras, que son para mí penetrantes (yo lo traducí así de manera libre)

Cada día soy constreñido, a ser un gran deudor a Tu gracia: que esa gracia, Señor encadene ahora mismo, mi corazón errante a Tí. Propenso estoy a divagar, Señor lo percibo, propenso a dejar al Dios que amo; he aquí mi corazón Señor, tómalo y séllalo para Tus atrios celestiales”

¿Ustedes observan eso? Señor, estoy propenso a divagar, y divagar de Tí, Él Dios que amo. Debemos conocer esa tristeza piadosa.
  1. Cultivando el amor a Cristo.
Debemos también ejercitarnos en la piedad, cultivando el amor a Cristo. El amor de Cristo por nosotros es inmutable (sin cambio alguno), ha estado comprometido con hacernos bien desde la eternidad, hasta la eternidad y sin embargo, parte de la realidad de la vida de este lado del cielo, es que nosotros no lo amamos a Él de esa forma. Aún cuando esté en el nivel mas alto nuestro amor, la realidad es que le amamos tan poco; a quién amamos sin haberle visto. Le amamos, es una realidad, pero tenemos que cuidar y proteger ese amor, porque nuestras almas se van fácilmente tras otras cosas. No sólo a los Efesios hay que decirles que han dejado su primer amor, nosotros también. A nosotros también se nos ha preguntado: _¿me amas?, como se preguntó al Pedro. Dios quiere un amor mas constante, mas firme, mas fiel.

La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable.” Efesios 6:24. Increíble, cuando un lee: “inalterable” Oh Señor. Otras traducciones dicen: incorruptible, imperecedero, sincero, pero ninguna de esas traducciones me consuela. Oh Señor: ¿inalterable?. Porque todos nosotros conocemos los vaivenes de nuestro amor; gracias a Dios que nada nos podrá, separar de Su amor, que es en Cristo Jesús Señor nuestro, pero eso no elimina la realidad de lo corto que nos quedamos en el amor a Él.

Nos es mucho mas fácil cantar del amor de Cristo por nosotros, que de nuestro amor por Él; en el amor romántico es al revés, el enamorado, canta y canta: _ yo te amo y te amo y te amo. En la vida cristiana debemos de hablar mas de como Él nos ama, nos ama, nos ama. Es mas fácil cantar: del profundo amor de Cristo, que cantar: anhelo amarte más, y Jesús si te amaba, yo te amo mas que hoy. Es mucho mas fácil, pero amarle debemos.

Él nos enseñó que la ley se resumía en eso: Amarle a Él con todo el corazón.
  1. Vivir mas conscientemente a la luz de la eternidad.
Finalmente, ejercitamos en la piedad implica: vivir mas conscientemente a la luz de la eternidad, por eso fue que Pedro dijo: “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir” 2 Pedro 3:11. Hermanos este mundo es pasajero, y esa temporalidad es un llamado a que seamos fieles a Cristo, fieles a Cristo porque el tiempo se avecina rápidamente. Y una de las cosas que puede que nos ocurra, es que tengamos que enfrentar persecuciones, porque todo aquel que quiera vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerá persecución, todo aquél padecerá persecución.

Es el tratar de vivir conforme a la verdadera piedad, es lo que va a generar los conflictos entre los hijos de Dios y los hijos de este mundo. Quiera el Señor concedernos tener un interés renovado por la piedad.

Tu Señor, Tu Señor que se dio por ti, Él quiere que tu seas piadoso, y tu debes anhelar serlo para Su gloria.

Termino con esta cita de Maurice Roberts: “La sociedad despertará un día de su estupor, que ciertamente con lo que vemos, decimos: ¿que es lo que ha pasado?, ¿que es lo que ha pasado?. Solo se podrá lograr, por cristianos que primero han despertado ellos mismos, al esplendor pleno de su privilegio, y han tomado en serio el llamado, a vivir entera y completamente para Dios”


¿No es esa una gran responsabilidad? Pero que bueno que todas las cosas, para la vida y la piedad nos han sido dadas, ahora nos toca ejercitamos. Amigos y hermanos: ejercitémonos para la piedad, comencemos ya!

{Para una mayor comprensión de lectura, realice algunos cambios mínimos}


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