Un maravilloso rescate




Es nuestro sexto sábado de reunirnos, cada reunión hemos aprendido acerca del evangelio, de esta gran noticia: Cristo vino al mundo a justificar a sus elegidos que yacían muertos en tumbas vivientes, caminando detrás de los deseos y placeres que les llevaba al infierno.
El sábado anterior el Hno. José Serrano nos compartió acerca del arrepentimiento para vida. Hoy vamos a continuar contemplando cuán grande es la misericordia de Dios para con su pueblo.

Vamos a leer Mateo 4:17,
“Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”
Para ubicarnos un poco en el tiempo, estas palabras Jesucristo las menciono luego de ser bautizado por Juan el Bautista y así inicia su ministerio.

Podemos referirnos a la palabra “arrepentimiento” como: “un cambio de mentalidad”, alguien que se arrepiente de un propósito que ha formado o de algo que ha hecho.

Ahora, ante las palabras del Señor Jesús, deberíamos preguntarnos esto:

1.       ¿de qué propósito o de que hecho debían ellos volverse?

2.       ¿Qué estaban haciendo mal?

Traigamos estas preguntas a nuestros días,

1.       ¿de qué propósito o de que hecho debemos volvernos?

2.       ¿qué estamos haciendo mal?

Vamos al principio de la historia veamos ese problema en que fuimos concebidos. Dios creó al hombre perfecto, a su imagen y semejanza,

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Génesis 1:27
 El hombre vivía en comunidad con Dios, él creó todo para la demostración de su gloria y para el beneficio del hombre, además el dio mandamientos al hombre y sabemos que son para su beneficio, conocemos que Dios es verdad, y que en él no existe mentira, si Dios da reglas que cumplir ciertamente estas traerán favores eternos así como él es eterno. De hecho, ¿si Adán y Eva no hubiesen pecado Dios les hubiese sacado del paraíso, del reposo? Por supuesto que la respuesta es NO. Leamos Génesis 2:16-17

Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;  mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Ahora leamos acerca de su caída,

Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.. Génesis 3:6

Nuestros representantes, los representantes de toda la humanidad hicieron todo lo contrario a lo que Dios les mandó y así como él les advirtió, murieron. Y esta misma es en la muerte que nacemos nosotros, hemos heredado de ellos nacer muertos en nuestros delitos y pecados (Efesios 2:1)

Notemos que nos sigue relatando la palabra de Dios, “Caín mata a su hermano Abel” (primer homicidio), comenzaba la plaga que está destruyendo el mundo. Luego nos describe el estado de la humanidad en ese momento no muy lejano al principio.
Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Génesis 6:5
Nuestros antepasados eran realmente malos, y podemos ver hasta el día de hoy que el hombre está completamente depravado, y cada uno así como Adán y Eva se ha empeñado en hacer lo contrario a la Ley de Dios y esto es lo que se llama pecado (1 Juan 3:4), y hoy lo puedes comprobar en tu vida, más aún si Cristo no te ha salvado, puedes ver como la Ley Santa de Dios que habita en cada ser humano te acusa y no puedes hallar paz en los placeres, ni en nada que conciba el mundo terrenal, y los que estamos en Cristo todavía cargamos con esa guerra constante en contra del pecado y es nuestra esperanza que Cristo venció, porque muchas veces caemos y es allí donde vemos la gracia de Dios, de donde nos ha sacado.

“Hay un hombre perdido varios días en un espesa jungla, el día que se extravió, se distrajo y quiso escuchar más de cerca el sonido de un animal, y por más que quiso regresar al camino y unirse a la excursión le fue imposible, este hombre se perdió. Pronto el pelotón se da cuenta de que falta aquel aventurero amante de la naturaleza y ya es casi de noche y hallaron ningún rastro más que leves recuerdos y suposiciones del lugar donde lo vieron por última vez. Por supuesto han montado un plan de rescate y comienzan a buscarle, saben que no va a ser una tarea fácil. Recurren así a todos los medios posibles y se les ha unido muchos voluntarios, sin experiencia pero voluntarios. Al pasar los días dos hombres logran escuchar a lo lejos un grito de desesperanza: _!sálvenme, auxilio! Por favor por aquí estoy ayúdenme!. Le han hallado, podemos decir que le han salvado.”
Así de perdidos y aún mas se encuentra el hombre, ¿Por qué aún más? El hombre está perdido y muerto, ni siquiera puede pedir ayuda como lo hizo este hombre de la historia. Esta herencia de pecado nos hace nacer perdidos y muertos. Por la gracia de Dios el plan de salvación ha sido consumado en Cristo, el día final de recate llega con Cristo, él carga con la culpa de su pueblo en su muerte, con su sangre derramada somos comprados, para ser resucitados juntamente con él, y es allí donde vemos su gloria, gloria como la del Padre, cual nos lleva a mostrarnos el milagro, el rescate más maravilloso que transforma nuestra alma que antes iba en contra de la Ley Santa de Dios por una alma agradecida por la misericordia mostrada y deseosa de santificar y honrar al Dios vivo.
Ahora si podemos responder las preguntas iniciales, y ver a que ha llamado Cristo al que le hecho nacer de nuevo. Y es necesario responder esas preguntas nosotros, en nuestro corazón:
1.       ¿de qué propósito o de que hecho debemos volvernos?
2.       ¿qué estamos haciendo mal?

Si sientes que desde que naciste no existe algo de que debas de arrepentirte, no descanses hasta ese día que puedas ver a Cristo tal  cual es y verte a ti así como vemos que nos describe la palabra de Dios.

Gloria a Dios


David R R

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